Amigos, por mucho que intento no reflexionar en las consecuencias de todos los actos de mis vivencias, me resulta imposible. Nada es mejor, todo sigue igual e incluso me atrevo a decir que siento alguna que otra decepción añadida a las anteriores que he relatado.
Desearía poder dedicaros unas líneas positivas, alegres y optimistas uno de estos largos días en los que me encuentre totalmente libre de cualquier pensamiento que oscurezca mi rutina, mi vida, pero no es fácil...
Espero que ese día llegue pronto.